Como todos los años, la procesión del Corpus es esperada por todos los vecinos de nuestro pueblo con gran entusiasmo, y como no, también por nuestra Hermandad.
Por lo mismo, la tarde previa a la festividad del Corpus Christi, miembros de nuestra Hermandad se afanaban por preparar el Oratorio para la visita del Santísimo Sacramento. Cuando ese día se dió por finalizado el triduo que en honor del Santísimo se estaba celebrando en el interior de la Parroquia y cuando todos los feligreses salian del templo, se encontraron algo inusual hasta ahora, el Oratorio permanecía abierto, las luces encendidas, la fachada iluminada y adornada con guinaldas y flores naturales. 
En su interior, un esplendoroso altar montado con todo el cariño de nuestro grupo de priostría presidido por el bendito simpecado de María Santísima de los Dolores en su Soledad para que el Santísimo Sacramento volviera a bendecir Nuestra Casa un año mas.
La mañana del Señor amaneció soleada y reluciente, y todos los vecinos de nuestro pueblo asistimos a la Función Principal de la Hermandad Sacramental, fieles testigos de la misma fueron el Santísimo Cristo de los Afligidos, María Santísima de los Dolores en su Soledad y nuestro Niño Dios, que como es tradicional, lucía ataviado con el traje de seise de colores rojo y blanco, colores de la festividad litúrgica que celebrabamos.Nuestra Junta de Gobierno junto con la del resto de Hermandades del pueblo también hizo acto de presencia corporativamente tal y como dictan nuestras Santas Reglas.
Aproximadamente a las 10:30 horas de la mañana, el Santísimo salía por las puertas de la Parroquia entronizado en su Custodia de plata y se encontraba con un pueblo volcado ante su presencia, calles alfombradas de juncia y romero, altares, balcones adornados y sobre todo, todo el amor de su comunidad cristiana.
